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Tablas de surf Ogro


La asociación entre Casa Alma y Ogro Surfboards, nace de una admiración mutua y de algo que suele estar presente en muchas de esas historias que merecen ser contadas: el acaso. Fue en un evento en Casa Alma que el shaper Henrique "Ogro" Perrone y Edgar Cherubini se conocieron.


La afinidad inmediata, el amor por la madera y el deseo de materializar lo que parecía ser el inicio de una larga amistad, se concretizó en uno de los objetos más llamativos e icónicos de la Casa, una hermosa y majestuosa tabla de surf hecha con madera de araucaria, un símbolo de la Sierra Gaucha que ha marcado la trayectoria de nuestros personajes históricos.


En esta entrevista, Ogro nos cuenta su propia historia y todos los bastidores del pedido, la fabricación y la entrega de la plancha de surf.




CA - Ogro, cuéntanos un poco de tu historia como shaper.

OS - Siempre me ha gustado saber la historia y el por qué de las cosas y con el surf no fue diferente. Empecé a surfear a los 13 años y a los 18 me fui a vivir a Australia, donde me enamoré definitivamente de la historia del surf, especialmente de las tablas de surf

antiguas. Empecé a coleccionar tablas de surf antiguas, con una, dos o tres quillas, de gran valor histórico. Cuando en 2002 regresé a Brasil, decidí pedirle a una persona que replicara esas tablas, pero no tuvo interés, así que, después de graduarme en carpintería en el Senai de POA, hice un curso de shaper en Río de Janeiro.

Comencé haciendo tablas para mis amigos más cercanos, luego vinieron los amigos de los amigos y ya no paré.


CA - ¿Cuál es su relación con la naturaleza y cuál la materia prima utilizada en la producción de las tablas?

OS – El contacto con la naturaleza es esencial en mi vida. Vivo en la ciudad, pero preciso encontrarme con ella, pisar la tierra, sentir el clima, para volver recargado. En el campo o en la playa, me encanta despertar temprano. Caminar descalzo por la hierba o por la arena, me desacelera y me ayuda a ver lo verdaderamente importante. Trabajar con madera fue algo natural, ya desde los primeros shapes que hice con poliestireno o poliuretano, siempre que tenía la oportunidad construía una tabla de madera, pues percibía que era importante y tenía el sentimiento de construirlas tal y como se construían las antiguas. El bloque de las tablas viene del petróleo, no es una materia prima ecológicamente correcta. Por eso, cuando las hago con madera, siento la satisfacción de estar reciclando un material que ya fue un árbol, una sombra, y que ahora se va a transformar en una tabla decorando la pared de alguna casa.


CA - Háblenos un poco de su relación con Garopaba y Silveira, especialmente.

OS - Hace mucho que frecuento la región de Garopaba, desde que era niño y, desde entonces, he creado un fuerte vínculo con ese pedazo de paraíso. Silveira es, para mí, un pequeño santuario, protegido gracias a las características geográficas de las montañas. No suele haber muchos forasteros en Silveira, por ser un lugar que parece haber parado en el tiempo. Eso ayuda a que algunas cosas se mantengan preservadas. No hay muchas casas, ni iluminación, ni asfalto, es realmente único. Ver el nacer del sol sobre el mar; ver, al atardecer, como el sol se oculta detrás de las montañas, o contemplar cómo llega la lluvia por el rincón sur de la playa, es un privilegio, que yo pude apreciar todas las veces que fui y pasé algún tiempo en Silveira.


CA - ¿Cómo surgió la asociación entre Ogro Surfboards y Casa Alma?

OS - Bueno, fue una historia muy curiosa y fantástica. Durante el verano, me invitaron a ir a un cumpleaños, pero estaba tan cansado después de un día de playa, de cuidar a los niños y de surfear, que dudaba en ir o no al evento. Estuve a punto de desistir, pero al final acabé yendo al cumpleaños de Rafa, una gran amiga, en la Casa Alma (un lugar que siempre quise conocer). Entre una conversación y otra, me enteré de que André, el marido de Rafa, era sobrino de Edgar, quien me contó la historia de la casa, de dónde venía la madera del suelo, que él era de la sierra... rápidamente creamos un fuerte vínculo. A los dos nos gusta la historia de las cosas, saber de dónde vienen, recordar cuando se hacían de forma más artesanal.



CA - ¿Puede hablarnos del proceso de creación, producción y desarrollo de la tabla de araucaria elaborada para la Casa Alma, desde el origen de la materia prima hasta la finalización de la tabla?

OS – Cuando supe que la familia de Edgar era originaria de la Sierra y que él tenía un vínculo muy fuerte con la araucaria, símbolo de la Sierra Gaúcha y Catarinense, instantáneamente me imaginé haciendo una tabla para la Casa con las maderas de araucaria que yo tenía en el taller.

Originalmente, eran las pilastras de unos cobertizos de la Avenida Voluntários da Pátria, aquí en POA. Así que imaginé la extraordinaria historia de esa tabla, hecha

con una madera que un día fue árbol, que dio sombra y que, después, se convirtió en el tejado de un cobertizo. Y lo más genial de todo fue que, cuando salimos del cumpleaños en ese día de verano, André el sobrino de Edgar me llamó y me dijo: "Ogro, vamos a hacer una tabla de surf de madera para regalársela a mi tío". Poco después, inicié el proceso de fabricación de la tabla y creo que, a las dos semanas, me llama Edgar y me dice: "¿Qué tal vas? Me gustó mucho conversar contigo y me apetece encargarte una tabla de surf de madera". Me dio la risa. Le prometí que la haría y que cuando la acabase se la entregaría personalmente. Cuando se la llevé, me preguntó: ¿cuánto te debo? Dije que la tabla estaba pagada. "¡Es un regalo de tu sobrino André! En ese momento, no podía creerlo, incluso estaba conmovido. Fue hermoso haber participado en esa sorpresa.





CA - ¿Crees que esa tabla de surf nació para ser contemplada en una pared o debería ir al agua algún día? Y sí entra en el agua, ¿volverá a la pared?

OS - infelizmente, al ser de madera maciza, no puede entrar en el agua. Es muy pesada, tanto, que tuvimos que clavarla de una tal forma a la pared que, tal vez, no pueda salir de allí nunca más. Forma parte de la "estructura" de la casa.



CA - ¿Qué dirías que tienen en común Ogro Surfboards y Casa Alma?


OS - Creo que tienen el alma, y digo alma porque la casa tiene una forma muy personal y única de conectar con la gente. Y es verdadera, porque efectivamente cada persona que llega a Casa Alma es tratada de manera especial y todas las personas involucradas se entregan a ese momento, haciéndote sentir el centro del mundo. Es lo mismo que imagino para "Ogro", por eso trato de estar cien por ciento presente con cada persona que viene a pedirme una tabla de surf. Para mí, Casa Alma es un caso de éxito e intento espejarme en ella. Buscar la perfección o, caso no exista la perfección, ofrecer lo mejor de mí.



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